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Abril 2019 | RSC y Desarrollo Sostenible
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El patrimonio de Orce, toda una historia por vivir
 
 
 
 
La gestión del patrimonio de Orce es uno de los ejemplos de cómo hacer bien las cosas desde lo público, y con escasos recursos económicos, muchos de ellos aportados por la Diputación. Hemos hablado con su alcalde, José Ramón Martínez Olivares, quien nos ha destacado la importancia del patrimonio, no solo arqueológico y paleontológico, sino el inmaterial de tradiciones y fiestas, lo que hacen de Orce y la comarca un lugar especial por descubrir
Desde que en 1976 aparecieran los primeros restos arqueológicos en Venta Micena mucho camino se ha recorrido hasta lograr hacer de Orce y su comarca el lugar de referencia que es en la actualidad. La gestión de su patrimonio, arqueológico, paleontológico, arquitectónico así como de tradiciones y fiestas, está capitaneada por su ayuntamiento, pero alrededor de él, se han establecido una serie de acciones y actividades que llenan de contenido la vida de la zona. Muchas de ellas, como el Museo de la Prehistoria o la Muestra Audiovisual Internacional Origen, cuentan con el apoyo y la colaboración de la Diputación de Granada. Para conocer cómo se lleva a cabo esta labor hemos hablado con su alcalde, José Ramón Martínez Olivares.
Orce no es un municipio muy grande, sin embargo tiene un patrimonio de alto valor. ¿Qué destacaría de todo él?
En Orce somos depositarios de un patrimonio arqueológico y paleontológico de importancia mundial. Estos vestigios nos sitúan como el lugar de primera ocupación humana de Europa, con restos e industrias, por encima de 1.400.000 años. A ello hay que sumarle, entorno a las mismas edades, restos de fauna africana, en un estado de conservación envidiable que no tienen paragón en el resto del continente. Así mismo, en edades más recientes, pero también pre-históricas, de hace 4.500 años aprox., contamos con importantes yacimientos argáricos que también se consideran de los más importantes de Europa en su categoría. A todo ello hemos de unirle un pasado histórico, con numerosos hitos arquitectónicos del pasado musulmán y de la posterior reconquista, que conforman un casco histórico de un sobresaliente valor. Por supuesto mantenemos fiestas y tradiciones, es decir un patrimonio inmaterial, muy rico y de una enorme singularidad.
¿En el municipio hay esa conciencia de su importancia?
Por fortuna, cada vez más. Si bien es cierto que al no cumplirse las expectativas de desarrollo entorno a él, se percibe cierto desapego.
¿Cómo se gestiona este patrimonio?
La competencia del patrimonio arqueológico por ley es de la Comunidad Autónoma, sin embargo, si bien ésta se hace cargo de los costes derivados de las prospecciones y excavaciones y alguna parte de la protección, la puesta en valor y las infraestructuras necesarias para ello son municipales. Por ello la apertura de los museos y monumentos se hace por parte del ayuntamiento, con financiación de la Diputación Provincial.
¿Cuáles son las principales dificultades de esa gestión?
Si bien tenemos suerte de ser depositarios de todo este legado, no es menos cierto que la gestión de éste, por parte de un municipio pequeño y con escasos recursos, hace que sea muy difícil poder abrir todos los días las distintas infraestructuras y monumentos que conforman nuestra oferta, que como fácilmente se puede entender, es deficitaria y necesita apoyarse con fondos públicos.
La gestión del patrimonio de Orce se pone como ejemplo de buen hacer, ¿cuál es la clave?
Trabajar mucho, pero sobre todo la creencia firme de que uno de los pocos polos de desarrollo, no solo de Orce, sino de toda la zona, es precisamente la puesta en valor de su patrimonio. Ello nos ha llevado a lo largo de los años a trabajar con todos los recursos a nuestra disposición, especialmente fondos europeos, a crear un producto turístico creíble y atractivo. Sin embargo queda mucho por hacer…