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diciembre 2020 | RSC y Desarrollo Sostenible
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Derechos humanos, ahora, más que nunca
 
 
 
 
Setenta y dos años han pasado desde que se aprobaran los derechos humanos. Derechos humanos y universales, que setenta y dos años más tarde, en este año 2020 de extraordinaria complejidad, inmersos en la segunda ola de una pandemia, a punto de tornar en sindemia, se encuentran no solo en plena vigencia, sino que hoy resultan más cruciales y urgentes que nunca.

Y es que, además del drama humanitario que supone el azote de la COVID-19 en las muchas vidas que está truncando, y la envergadura de una crisis sanitaria que ha puesto en jaque al sistema, brechas ya existentes se están agudizando a pasos agigantados. Colectivos que siempre fueron especialmente vulnerables, ahora, si acaso, lo son bastante más.

Mujeres y personas a su cargo que, durante la primera ola de a pandemia, y también en este momento, siguen siendo víctimas de maltrato y de violencia de género. Situación que se ha visto especialmente agravada durante el confinamiento, y que, en muchos casos, ha resultado -y resulta- dramática ante la impotencia y el silencio de un país confinado y en estado de alarma. No es este el caso de las más de dos mil cien personas, que, hasta finales de noviembre, han encontrado en AGISE una “puerta violeta” para mujeres y familias víctimas de la violencia de género.
Otra de los grandes riesgos a los que, como sociedad, nos enfrentamos y que ha evidenciado la pandemia, es la existencia de situaciones de extrema vulnerabilidad, como el incremento de la pobreza infantil en España, la situación de familias en precariedad, brechas educativas. Sobre estas y otras cuestiones, podrán leer en la interesante entrevista con Nadia Garrido, directora de Incidencia Política de Aldeas Infantiles SOS, una de las más importantes asociaciones que lideran el impulso de la Agenda 2030; y que recientemente ha presentado las conclusiones del estudio “Cuidado de calidad y salud mental en tiempos de la COVID-19, una mirada desde los niños y niñas más vulnerables”.

Desde la diputación de Granada, seguimos impulsando la Agenda Urbana Española en nuestro territorio, como una de las más eficaces herramientas para acometer la reconstrucción del sistema en clave de sostenibilidad y desarrollo sostenible. El ingente trabajo realizado por la institución provincial ha sido reconocido por el Gobierno de España, que, mediante la firma del primer acuerdo de carácter nacional de esta índole, ha animado a la provincia a que siga “adelante con este plan de acción, completándolo hasta llegar a su implantación definitiva". Y seguir inspirando a otras provincias para que lo usen como ejemplo para ponerlo en marcha y evaluar sus propios planes de acción.

Leen la que es la última newsletter de este año 2020, un año marcado por los devastadores efectos de la COVID en nuestras vidas y en nuestro sistema; que, sin embargo, no ha mermado las ganas de seguir trabajando por la provincia y por la ciudadanía. La vocación de la Diputación de Granada es seguir estando con quienes más lo necesitan. Y si siempre ha sido así, razón de más ahora; en que hay que contribuir a mitigar los efectos de la pandemia, sin olvidar los grandes desafíos a los que nos enfrentamos.

Seguir construyendo y aportando para sumar pequeños grandes avances y logros a los objetivos y metas planteados por la ONU en su Agenda 2030, impulsando la implantación de las Agendas Urbanas territoriales; seguir impulsando la igualdad, la salud, la educación, el consumo responsable, a combatir el hambre, la pobreza, o la despoblación, igual que seguir contribuyendo a mitigar o a adaptarnos a la realidad del cambio climático… son algunos de esos otros desafíos que siguen ahí, y siguen vigentes, a pesar de esta nueva realidad en la que la presencia de la COVID-19 se impone en nuestro día a día.

Y créanme, seguiremos aportando nuestra ilusión y nuestro esfuerzo para construir las bases de este mundo mejor y más solidario, en le que nadie haya quedado atrás, y al que nos emplaza la ONU. Aún hay tiempo. Cerca de nueve años, hasta 2030, para seguir forjando los cimientos del desarrollo sostenible.

Hasta que nos volvamos a leer en los albores del 2021, sean felices y, con la responsabilidad que el momento requiere, disfruten de la Navidad y del nuevo año.