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Cada día es más complejo poder gestionar adecuadamente estrategias exitosas de desarrollo, en cualquier contexto. No hay más que ver los desafíos a los que grandes economías como China, la Unión Europea, o la propio EEUU deben hacer frente cada día. Y el enorme debate de cómo afrontarlos. Si eso es así para esas enormes áreas económicas, imaginar la dificultad para acertar en una escala local. Escala que en el caso de la provincia de Granada debe atender su realidad, una realidad que supone tener 173 municipios en la provincia, con una enorme riqueza patrimonial de todo tipo, pero con enormes distancias entre los extremos. Desde Sierra Nevada y su potencial natural y de nieve, hasta el enclave de la costa granadina con su agricultura que inunda mercados europeos o su turismo de playa, o el valle de lecrin, o las alpujarras, o el poniente, o la tierra de aguas (entre la Malaha y Jayena) o Guadix y su enorme patrimonio, o el Área metropolitana con sus enormes problemas de movilidad y su gran pulsión económica y social, o los Montes con su riqueza patrimonial y olivarera. O todo el Altiplano, origen de la humanidad en Europa y de una riqueza natural con su paisaje y patrimonio que es única.
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