La Diputación de Granada impulsa un programa que fomenta el desplazamiento a pie hasta el colegio, un gesto que proporciona múltiples beneficios
Ir andando al colegio disminuye el sedentarismo, previene la obesidad infantil, mejora el estado emocional y el rendimiento académico y, además, tiene efectos beneficiosos para el medioambiente. Pero para hacerlo hay que contar con un entorno escolar seguro, sin tráfico rodado peligroso, con espacios abiertos donde los niños puedan relacionar con sus compañeros y amigos con libertad y seguridad.
Ese es el objetivo principal del programa Caminos Escolares Seguros impulsado por la Diputación de Granada y en el que ya participan un total de 47 municipios de la provincia. “Nuestro objetivo es proporcionar herramientas a los ayuntamientos para implementar entornos escolares seguros y darles una hoja de ruta que sirva también de experiencia a otros municipios; es un trabajo colectivo y solidario”, explica Rubén Rodríguez, que da asistencia técnica al Grupo de Trabajo de Caminos Escolares Seguros de la Diputación de Granada 2017/2023.
Esta labor colectiva se ha venido desarrollando en este Grupo de Trabajo del que forman parte tanto representantes políticos como técnicos de los ayuntamientos participantes, además de la comunidad educativa, como las familias o el profesorado. “Trabajamos con una metodología participativa que hace que las propuestas comunes se plasmen en un Plan de Acción, que debe implementar cada ayuntamiento, con la financiación de la institución provincial”, señala Rodríguez, que recuerda que la inversión prevista por Diputación de Granada para implantar caminos escolares seguros entrelos años 2022 y 2023 supera los 230.000 euros.
¿Y cómo se consigue crear esos caminos seguros para que el alumnado vaya andando a clase? Pues con medidas sencillas como que los niños pinten la calzada marcando los distintos recorridos peatonales para llegar al colegio o impartir talleres para fomentar el uso de la bicicleta, que se complementan con otras medidas más complejas como modificar el tráfico en determinadas calles, cortar el tráfico en algunas zonas o limitar la velocidad de los vehículos. “Se trata de fomentar el desplazamiento activo de los escolares creando un entorno atractivo y divertido en el que puedan caminar seguros”, afirma Rubén Rodríguez.
Cultura del coche
Para el éxito del programa Caminos Escolares Seguros, es imprescindible contar con la colaboración de las familias, porque son los padres y madres los que deciden en última instancia cómo llevan a sus hijos al colegio. Y los datos de los últimos años no son muy halagüeños.
Aunque pudiésemos pensar que en los municipios de menor tamaño hay más costumbre de ir a pie al colegio, lo cierto es que cada vez se hace menos. “La cultura del coche se ha extendidode forma generalizada y preocupante; tenemos casos de municipios como Chauchina o Nívar donde más del 70% del alumnado llegaba en coche al centro escolar”, advierte Rodríguez. Tras la participación en el programa, sin embargo, hay casos como el de Nívar en el que las cifras se han invertido: ahora el 70% del alumnado va a pie al colegio y solo el 30 % en coche, una muestra de la efectividad de las actuaciones realizadas.
Los caminos escolares, en el Congreso
La creación de caminos escolares seguros es una preocupación compartida por muchas entidades y organismos relacionados con la educación y el medio ambiente. De hecho, es una tema que ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, donde la Comisión de Educación Vial aprobó el año pasado una Proposición No de Ley (PNL) surgida en el seno del movimiento ‘Entornos escolares seguros y saludables’, promovido por organizaciones como laAsociación Española de Pediatría, el Instituto de Salud Global de Barcelona ISGlobal o la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA). Esta PNL defiende el derecho de los niños a disfrutar de un entorno escolar seguro que fomente la movilidad sostenible, los hábitos de vida saludables y la seguridad vial. Aunque no es de obligado cumplimiento, su aprobación supone un primer paso para impulsar propuestas concretas en los alrededores de los centros escolares, como limitar el aparcamiento y el tráfico en las calles próximas y priorizar la movilidad peatonal y ciclista.
La movilidad escolar se ha convertido en una prioridad y una preocupación para muchas familias, responsables políticos, profesorado y entidades dedicadas a la educación y medioambiente. Es tarea colectiva conseguir que el alumnado tome conciencia de los grandes beneficios que les aporta un gesto tan sencillo como ir andando a su centro escolar.
Mari Ángeles Ratia
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