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Vergy, impulsora de comunidades energéticas con propósito |
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Con el propósito de impulsar y gestionar comunidades energéticas y generar un impacto medioambiental y social positivo, Vergy es una de las empresas que en la actualidad ofrecen sus servicios en la provincia de Granada.
Conscientes de la importancia de convertirse en “parte de la solución”, grupo Cuerva, en 2017, impulsa una marca independiente que contribuya a impulsar un modelo que favorezca la transición energética. Nace así una nueva marca independiente, “Turning table”, como un “laboratorio de innovación”, que, desde 2019, empieza a interesarse por las comunidades energéticas, como fórmula sostenible y respetuosa con el medioambiente, para favorecer el uso de energías renovables y limpias de forma solidaria y cooperativa.
Desde sus orígenes, tres pueblos de la provincia de Granada, Escúzar, Láchar y Peñuelas, se convierten en tres “laboratorios de innovación”. Y, en este sentido, parten con el propósito de convertir estos pueblos en el modelo energético territorial de la España de 2030, según Rafa Bahamonde. Placas solares, puntos de carga de coches eléctricos, dispositivos en hogares de la ciudanía, con una política de total transparencia, empezaron a desplegarse como posibles soluciones al desafío energético en estos tres puntos pioneros de la provincia. Por su impacto e implicación con los municipios, la iniciativa favorece un alto grado de conexión con la comunidad. Y justo en este punto es donde, inicialmente con Turning Table, Cuerva -que ya contaba con un equipo especializado en el “autoconsumo compartido”- empieza a explorar la viabilidad de las Comunidades Energéticas.
A finales de 2021, el equipo de Cuerva especializado en autoconsumo compartido y el equipo de Turning Table se integran en una nueva marca independiente: “Vergy”, especializada solo en el impulso y gestión de Comunidades Energéticas.
Con el convencimiento de que el futuro de la energía limpia y renovable pasa por la colaboración y cooperación entre personas, para Vergy, urge “modificar nuestra relación actual con la energía que consumimos”. Hacerlo a través del impulso de Comunidades Energéticas es, para Rafael Bahamonde, CEO de la marca, es una excelente oportunidad. Más allá de la definición europea, para Rafa Bahamonde, una Comunidad Energética, es un “grupo de personas (físicas y/o jurídicas), que deciden unirse para conseguir un objetivo común a través de la energía (ahorro, impacto medioambiental, etc). Pueden ser entidades jurídicas, o no, pueden ser los propietarios de las instalaciones, o no. Su unión/colaboración habilita el proyecto y el impacto generado”.
“Instalar placas solares en las cubiertas de cada hogar de España, no tiene ningún sentido”, según Rafa Bahamonde. No solo por el impacto visual para el territorio, sino por la brecha de desigualdad que generaría la falta de recursos para acometer los proyectos de autoconsumo. “El modelo colaborativo favorece la extensión en el uso de la energía limpia -sin dejar a nadie atrás-”, según Rafa Bahamonde que incide en que la “extensión de energía limpia y sostenible,” es justo el propósito por el que nace una empresa como Vergy.
Si atendemos la definición europea de Comunidades Energéticas, se trata de “entidades jurídicas basadas en la participación abierta y voluntaria, autónomas y efectivamente controladas por socios o miembros que están situados en las proximidades de los proyectos de energías renovables que sean propiedad de dichas entidades jurídicas y que estas hayan desarrollado, cuyos socios o miembros sean personas físicas, pymes o autoridades locales, incluidos los municipios y cuya finalidad primordial sea proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus socios o miembros o a las zonas locales donde operan, en lugar de ganancias financieras”.
Para Vergy, sin embargo, lo más importante es abrir la definición al marco de cooperación y colaboración entre personas. Ahondar en el propósito e impacto de creación de las comunidades energéticas, más allá del ente jurídico, es primordial para Rafa Bahamonde que valora como más importante el “para qué”, que el “cómo”. “Crear entidades jurídicas responde a un modelo de nichos que, por su complejidad, puede dificultar la extensión de energías limpias y renovables a toda la ciudadanía”, afirma.
Para Vergy, a la hora de impulsar Comunidades Energéticas, lo que realmente importa es:
• Energía limpia
• Principios de participación abierta y voluntaria.
• Los miembros deben tener siempre la capacidad de decidir.
• Sentimiento de pertenencia e identidad en los miembros.
• Visión que transcienda, de ser posible, los beneficios económicos.
Rafael Bahamonde, CEO de Vergy
Para Vergy, tal y como se refleja en la imagen, hay tres formas de emprender Comunidades Energéticas:
Desde sus orígenes, Vergy ha favorecido la implantación de comunidades con empresas con tejado como Escuela Internacional de Gerencia, Lavadero La Oca Verde Y Almadasa para “ahorrar en la factura de la luz, generar beneficios, y contribuir social y medioambientalmente con su entorno”.
Convencidos de la idoneidad del momento y el modelo Ayuntamientos y las Diputaciones también forman parte del cambio. Con la ayuda de municipios como Vélez de Benaudalla, Ugíjar, Rubite, Polícar, Órgiva, Nívar, Morelábor, Maracena, Ferreira, Güevéjar, Deifontes, Cúllar Vega, Bácor Olivar y Escúzar, Vergy “acerca a la ciudadanía el valor de las Comunidades Energéticas y su impacto en el entorno local, para que, cada municipio, se convierta en fuente de energía, ahorro y sostenibilidad”.
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